Madre Lupita Santa Maria Guadalupe Garcia Zavala Tarjeta de Oracion

Conocida como la Madre Lupita, nació en Zapopan, Jalisco, un 27 de abril de 1878. Sus padres eran el señor Fortino García y la señora Refugio Zavala. Desde muy pequeña Lupita frecuentaba la basílica de Zapopan, ya que su padre tenía una tienda de artículos religiosos justo enfrente de dicho templo. Ya desde entonces mostraba un gran amor a los pobres y le gustaba hacer caridad.

Lupita era muy estimada entre la gente que la conocía, pero no por eso dejó de ser sencilla, servicial y sincera en su trato con los demás. Se dice que estaba a punto de casarse a la edad de veintitrés años, pero sintió la llamada de Jesús para consagrarse a la vida religiosa, sobre todo porque le gustaba atender a los enfermos y a los pobres. Aconsejada por su padre espiritual, el padre Cipriano Íñiguez, dejó a un lado su compromiso matrimonial y funda, junto con él, la congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, cuya misión es atender enfermos.

Fue así que la Madre Lupita ejerció el servicio de enfermera. Acostumbraba arrodillarse ante los enfermos para curarlos, los atendía con ternura y compasión, pero sobre todo se preocupaba de su cuidado espiritual.

Además de cuidar a los enfermos, la Madre Lupita fue nombrada superiora general de la congregación, responsabilidad que ejerció hasta su muerte. A pesar de que ella provenía de una familia económicamente estable, optó por llevar una vida muy sobria y eso mismo pedía a sus hermanas de congregación para poder entregarse totalmente al servicio de los enfermos y de los pobres. Junto con sus hermanas tuvieron que mendigar por las calles para solventar los gastos del hospital donde atendían a los enfermos.

El período más crítico fue durante la persecución cristera, la congregación de la Madre Lupita corrió graves riesgos porque escondió en el hospital a varios sacerdotes para evitar que fueran fusilados, entre ellos estuvo el obispo Francisco Orozco y Jiménez. Las hermanas también atendían a los soldados del gobierno dándoles de comer y curándolos, por esta razón los soldados no las molestaban e incluso las llegaron a defender.

La Madre Lupita murió el 24 de junio de 1963 a la edad de ochenta y tres años. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 25 de abril de 2004, y el papa Francisco la canonizó el 12 de mayo de 2013.

La obra de la Madre Lupita hoy en día ha llegado a Perú, Islandia, Grecia e Italia en cuyos hospitales se siguen atendiendo a enfermos de escasos recursos y preocupándose de su cuidado espiritual.

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